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lunes, 11 de marzo de 2013

El Reino de Dios y la Justicia. Introducción. Parte 1/2

Introducción

 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas. Mateo 6:33


En primer lugar y antes de desarrollar el tema, quisiera aclarar que este tópico va dirigido a todas las personas que se considere, que sienta, que se identifiquen como pueblo de Dios, y además quiero agregar que de esta fecha en adelante mis escritos están dirigidos específicamente a aquellos que forman parte de ese pueblo que viven en Venezuela.

El motivo, como todo venezolano, es el deseo de participar de alguna manera en el diálogo activo que se está dando en el proceso que enfrenta actualmente mi país (Venezuela) pero desde el lugar en cual me colocó Dios y para la función que fui elegido. Creo sinceramente que cada persona en el mundo tiene un lugar y que cuando esa persona traspasa los linderos de su lugar (llamese ministerio, servicio, dones, llamados, entre otros) se involucra en temas y situaciones que no le compete, en los cuáles no es ninguna AUTORIDAD para que su influencia sea canalizada o bien recibida en ese lugar. El Apóstol Pablo lo explicó de la siguiente manera:

 Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. 2 Timoteo 2:4

Es decir, nadie que está llamado a ejercer un servicio en determinada área (en el caso que plantea el Apóstol, militar) puede enredarse en ningún otro asunto salvo en el cual está prestando servicio, para mi es un honor y un gran reconocimiento estar al servicio de mi Señor y mi Dios, Jesucristo.

Así pues, quiero explicar con detenimiento la importancia y el valor que tiene el Reino de Dios y la justicia.

1. El Reino de Dios.

Estamos en uno de los escritos más famosos de Jesús, mejor conocido como el Sermón del Monte (Mateo 5, 6 y 7), no entraré a discutir aspectos menos importantes en este momento, tales como si fue un solo discurso o no, sino más bien en dar un contexto general acerca de los temas que se vienen tratando en el discurso.

Se puede decir, con toda certeza, que el Sermón del Monte constituye la base fundamental de la doctrina de los Apóstoles y que toda enseñanza cristiana tiene dos (2) influencias poderosas, las cuales son: el Antiguo Testamento (Moisés, los Salmos y los Profetas) y las Enseñanzas de Jesús; Aquí, en este punto, estaba Jesús dando categóricamente cuáles eran los principios que rigen el Reino de Dios, o dicho de otro modo, cuáles son las leyes fundamentales de este Reino que Él proclama.

En primer lugar habló de las bienaventuranzas, en segundo lugar de nuestro rol en la sociedad como luz y sal de la tierra, en tercer lugar se refirió a la Ley de Moisés dando a entender que Él es el cumplimiento de esa ley, y luego continuo hablando del sistema de valores de su reino refiriéndose a varios temas comunes entre los hombres: el adulterio, el divorcio, los juramentos, el amor hacia los enemigos, la limosna, la oración, el ayuno,  los tesoros en el cielo, la lámpara del cuerpo, las riquezas, el afán y la ansiedad, el juzgar a los demas, la regla de oro y la oración, la puerta estrecha, los frutos de los hombres, los hacedores del maldad y los dos cimientos. Todos estos temas dan luz, evidentemente, de un estilo de vida superior, que está por encima de las reglas humanas y de cualquier sistema humano creado jamás, sencillamente porque constituye los valores del Reino de Dios.

Y lógicamente, si un Reino tiene leyes, es porque también tiene territorio y tiene un Rey. Así pues, cabe la pregunta, ¿Cuál es el Reino de Dios? ¿Dónde está su territorio? ¿Quién es el Rey? Por que si el Reino de Dios fue uno de los temas central de las predicaciones de Jesucristo y fue la manera cómo inició su ministerio desde su primer discurso, como lo muestra los evangelios, entonces es porque el Reino de Dios es tangible, aquí y ahora mismo en la Tierra, ya que nada de lo que Jesús habló lo hizo en sentido místico y enigmático que no pudiese ser comprendido por los hombres.

Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Mateo 4:17


No voy a profundizar, en la repuesta de estas preguntas, sino mas bien voy a dejar que la palabra de Dios sea la que responda estas interrogantes (Si desea profundizar en este tema, lo invito a leer el libro "La Gran Idea de Dios", del Pastor Myles Monroe).

¿Quién es el Rey?

El Rey es Jesús, y el mismo Pilato, se sorprendio frente a la declaración de Jesús.
Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? Jesús le respondió: ¿Dices tú esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? Pilato le respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes, te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz. Juan 8:33-37.
 Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles. Apocalipsis 17:14

¿Dónde está su territorio?

 Su territorio no está en ningún lugar geográfico físico aquí en la Tierra, el mismo Rey explicó:
Respondió Jesús: Mi reino no es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no es de aquí. Juan 18:36
Sin embargo, Él tiene súbditos aquí en la Tierra,
¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Servidores por medio de los cuales habéis creído; y eso según lo que a cada uno concedió el Señor. 1 Corintios 3:5

¿Cuál es el reino de Dios?

El reino de Dios es espiritual, y su reino está por encima de todos los reinos humanos, Él gobierna desde el cielo todos los reinos existentes. Aquí en la Tierra, su reinado se instaura en los corazones de sus súbditos quienes le deben ser leales y vivir en esta Tierra bajo los principios de su Reino, de tal manera, que Dios establece su reino en la Tierra a través de sus representantes o colonos, quienes se encargan de ser una influencia en todos los demás reinos existentes en la Tierra. Citó textualmente la explicación del Diccionario Expositivo del Nuevo Testamento VINE:

Basileia (βασιλεία, G932), es primariamente un nombre abstracto, que denota soberanía, poder regio, dominio, p.ej., Apo_17:18, traducido «que reina», lit. «tiene (eco) reino (basileia)», como también se traduce en RV (VM: «tiene el imperio»); luego, por metonimia, un nombre concreto, denotando el territorio o pueblo sobre el que reina un rey (p.ej., Mat_4:8; Mar_3:24). Este término se utiliza especialmente del Reino de Dios y de Cristo.

«El Reino de Dios es: (a) la esfera del gobierno de Dios (Sal_22:28; Sal_145:13; Dan_4:25; Luc_1:52; Rom_13:1-2). No obstante, debido a que esta tierra es la escena de una rebelión universal contra Dios (p.ej., Luc_4:5-6; 1Jn_5:19; Apo_11:15-18), el Reino de Dios es (b) la esfera en la cual, en cualquier momento dado, se reconoce su gobierno. Dios no ha cedido su soberanía frente a la rebelión, sea esta demoníaca o humana, sino que ha declarado su propósito de afirmarla (Dan_2:44; Dan_7:14; 1Co_15:24-25). En el interim, buscando obediencia bien dispuesta, él dio su Ley a una nación y designó reyes para que administraran su Reino sobre dicha nación (1Cr_28:5). Israel, sin embargo, aunque declarando todavía una adhesión nominal, se unió a la rebelión general (Isa_1:2-4), y, después de que hubieran rechazado al Hijo de Dios (Jua_1:11; cf. Mat_21:33-43), fueron «excluidos» (véase Rom_11:15, Rom_11:20, Rom_11:25). Desde entonces Dios llama a los hombres en todos lugares, sin distinción de raza ni de nacionalidad, para que se sometan voluntariamente a su gobierno. Por ello se dice del Reino ahora que es «en misterio» (Mar_4:11), esto es, no se halla dentro del campo de los poderes de observación naturales (Luc_17:20), sino que se discierne espiritualmente (Jua_3:3; cf. 1Co_2:14). Cuando, en el futuro escatológico, Dios afirme su gobierno de una manera universal, entonces el Reino lo será en gloria, esto es, será manifiesto para todos; cf. Mat_25:31-34; Flp_2:9-11; 2Ti_4:1, 2Ti_4:18.

»Así, hablando de una manera general, las referencias al reino caen en dos categorías, la primera, en la que se lo contempla como presente, e involucrando sufrimiento por parte de aquellos que entran en él (2Ts_1:5); la segunda, en la que se lo contempla como futuro y está asociado con recompensas (Mat_25:34), y gloria (Mat_13:43). Véase también Hch_14:22.

»El principio fundamental del Reino es declarado en las palabras del Señor dichas en medio de un grupo de fariseos: «el Reino de Dios está entre vosotros» (Luc_17:21); esto es, allí donde está el Rey, allí está el Reino. Así, en este tiempo presente, y por lo que a esta tierra respecta, el lugar donde el Rey se encuentra y donde se reconoce su gobierno es, primeramente, el corazón del creyente individual (Hch_4:19; Efe_3:17; 1Pe_3:15); y luego en las iglesias de Dios (1Co_12:3, 1Co_12:5, 1Co_12:11; 1Co_14:37); cf. Col_1:27, donde en lugar de «en» se debe leer «entre».

»Y ahora, siendo que el Rey y su gobierno son objeto de rechazo, aquellos que entran en el Reino de Dios entran en conflicto con todos los que rechazan adherirse a él, así como con el deseo de comodidad, y con la aversión al sufrimiento e impopularidad, consustanciales a todos. Por otra parte, los súbditos del Reino son objeto del cuidado de Dios (Mat_6:33), y del Rey rechazado (Heb_13:5).

»La entrada al Reino de Dios es por el nuevo nacimiento (Mat_18:3; Jua_3:5), porque nada que el hombre pueda ser de naturaleza, o que pueda alcanzar por cualquier tipo de cultivo de sí mismo, sirve en el reino espiritual. Y como la nueva naturaleza, recibida por el nuevo nacimiento, se hace evidente en la obediencia, se dice además que solo aquellos que hacen la voluntad de Dios entrarán en su Reino (Mat_7:21), donde, sin embargo, el contexto muestra que la referencia es al futuro, como en 2Pe_1:10-11. Cf. también 1Co_6:9-10; Gál_5:21; Efe_5:5.

»La expresión «Reino de Dios» aparece cuatro veces en Mateo, donde el término usual es «Reino de los Cielos». Este último no aparece en ningún otro lugar del Nuevo Testamento, con la excepción de 2Ti_4:18 : «su Reino celestial». Este reino es idéntico al Reino del Padre (cf. Mat_26:29 con Mar_14:25), y con el Reino del Hijo (cf. Luc_22:30). Así, hay tan solo un reino, descrito de varias maneras; del Hijo del Hombre (Mat_13:41); de Jesús (Apo_1:9); de Cristo Jesús (2Ti_4:1); «de Cristo y de Dios» (Efe_5:5); «de nuestro Señor y de su Cristo» (Apo_11:15); «de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo» (Apo_12:10); «de su amado Hijo» (Col_1:13).

»Con respecto al futuro, el Señor enseñó a sus discípulos a orar así: «Venga tu reino» (Mat_6:10), donde el verbo se halla en tiempo puntual, lo que impide la noción de un progreso y desarrollo gradual, e implicando una catástrofe repentina como se declara en 2Ts_2:8.

»Por lo que respecta al presente, el hecho de que alguien pertenezca al Reino de Dios no se evidencia en la observancia puntillosa de ordenanzas, que son externas y materiales, sino en cosas más profundas del corazón, que son espirituales y esenciales, esto es, «justicia, y paz, y gozo en el Espíritu Santo» (Rom_14:17)» (de Notes on Thessalonians, por Hogg y Vine, pp. 68-70).

»Por lo que respecta a las expresiones «el Reino de Dios» y el «Reino de los Cielos», en tanto que a menudo se emplean de una manera indistinta, no sigue de ello que en cada caso signifiquen exactamente lo mismo y que sean totalmente idénticas.

»El apóstol Pablo se refiere a menudo al Reino de Dios, no dispensacionalmente, sino en lo moral (p.ej., Rom_14:17; 1Co_4:20), pero nunca de este modo del Reino de los Cielos. «Dios» no es equivalente a «los cielos». él está en todas partes y por encima de todas las dispensaciones, en tanto que «los cielos» se distinguen de la tierra, hasta que el Reino venga en juicio, poder y gloria (Apo_11:15) cuando el gobierno en los cielos y sobre la tierra vendrán a quedar unificados en uno solo.

»Así, en tanto que la esfera del Reino de Dios y del Reino de los Cielos son en ocasiones idénticas, no se puede, sin embargo, utilizar ambos términos como indiscriminadamente sinónimos. En el «Reino de los Cielos» (32 veces en Mateo), el cielo está en antítesis a la tierra, y la frase se limita al reino en su aspecto terreno para el tiempo presente, y se utiliza solo dispensacionalmente y en relación con Israel. En el «Reino de Dios», en su más amplio aspecto, Dios está en antítesis a «hombre», y el término significa la completa esfera del gobierno y actuación de Dios en relación con el mundo. Tiene un sentido moral y espiritual y es el término genérico para el reino en todo tiempo. El Reino de los Cielos es siempre el Reino de Dios, pero el Reino de Dios no está limitado al Reino de los Cielos, hasta que en su forma final vengan a ser uno y lo mismo; p.ej., Apo_11:15; Jua_3:5; Apo_12:10» (Extracto).




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