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viernes, 9 de abril de 2010

La Profecía en el Contexto Neotestamentario


Texto Base:

Ante todo, tengan muy presente que ninguna profecía de la Escritura surge de la interpretación particular de nadie. Porque la profecía no ha tenido su origen en la voluntad humana, sino que los profetas hablaron de parte de Dios, impulsados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:20-21)

  1. Para entender la profecía debemos estudiarla sobre un fundamento sólido que es LA PALABRA DE DIOS.

  • Definición del término profeta en el idioma original de la Biblia.

    • Hebreo Nabhi: Viene de una raíz que significa “llamar” o “uno que es llamado” (Se usa unas 300 veces en el A.T., aprox.).

    • Hebreo Ra’ah: Relacionado con la idea de “ver”.

    • Hebreo Hazah: Relacionado con la idea de “ver”.

De estos dos términos se traduce al castellano el término “vidente”.

    • Griego Prophetes: Este término es la traducción al griego de la palabra hebrea Nabhi y se traduce como “alguien que habla a nombre de”.

    • También se les llama a los profetas ish elohim (en hebreo) que traducido quiere decir “varón de Dios”.

  1. Definición de PROFECÍA.

Es el mensaje del profeta, una revelación de Dios que se transmite a los hombres, mayormente sobre asuntos pertinentes para su tiempo pero que tenían y tienen una proyección al futuro.

Nota Complementaria: Esa proyección hacia el futuro es una parte de la profecía, no su totalidad. No se debe, entonces, entender que profetizar sólo significa predecir. Sin embargo, la predicción es parte esencial y verificativa de la legitimidad del profeta (Deuteronomio 18:15-22).

  1. Definición de un PROFETA.

El profeta era una persona que recibía una revelación de Dios y la transmitía a los hombres. La condición de profeta era un llamado directo de Dios, no se heredaba. No pertenecía, entonces, a ningún linaje especial. Los profetas eran hombres y mujeres que hablaban a las personas de su tiempo, mayormente sobre asuntos pertinentes para su tiempo pero que tenían y tienen una proyección hacia el futuro.


  1. El Ministerio del PROFETA.

Constituye la proclamación de “la palabra de Jehová”. Esa palabra era dada, no para satisfacer curiosidades “futuristas”, sino para buscar cambios en la conducta de los que oían o leían la profecía en el momento de ser emitidas. Esos cambios podían significar arrepentimiento o, cuando se hablaba de glorias futuras, buscaba como resultado inmediato la consolación.


  1. El PROFETA y la PROFECÍA en el Nuevo Testamento.

    1. El Profeta. Constituye uno de los cinco ministerios neotestamentario, es el segundo que se nombra en el libro de los Efesios 4:11. Existen cinco referencias neotestamentarias que evidencian la presencia del ministerio profético en la iglesia (Hechos 11:27; 13:1; 1 Corintios 12:28; 14:29 y Efesios 4:11). La función del ministerio profético combinado con los otros dones ministeriales es: a) Capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, y; b) Edificar al cuerpo de Cristo (Efesios 4:12).

    1. La Profecía en el Nuevo Testamento. Continúa teniendo la misma connotación del Antiguo Testamento con la salvedad que las directrices que da están dirigidas a la iglesia, los mensajes que son emitidos como “profecías” o “mensajes de Dios” deben ser juzgados por aquellos que escuchan (1 Corintios 14:29). El objeto de la “profecía” o “mensaje de Dios” queda enmarcado en la función del profeta, la misma debe servir para edificación, exhortación y consolación (1 Corintios 14:3). La profecía debe incluir algún tipo de enseñanza aparte de la exhortación (1 Corintios 14:31). La “profecía” o “mensaje de Dios” no puede bajo ningún concepto traer confusión (1 Corintios 14:33a).

El énfasis del profeta y del que profetiza está en la edificación de la iglesia (1 Corintios 14:3, 4, 5, 12, 17 y 26).

  1. Los Dones del PROFETA en el Nuevo Testamento.

    1. Profecía: Mensaje de Dios presente y futuro.

    2. Enseñanza: Instruir al pueblo de Dios y a los líderes.

    3. Dones del Espíritu Santo en los que es usado (o puede ser usado):

      1. Profecía.

      2. Sabiduría.

      3. Ciencia.

      4. Discernimiento de espíritus.

      5. Diversos géneros de lenguas.

      6. Interpretación de lenguas.


  1. Diferencia entre el PROFETA y el que PROFETIZA.

La diferencia fundamental está en el “llamado”, el profeta ha sido apartado por Dios para ejercer un ministerio. Mientras el que profetiza es usado por el Espíritu Santo y esto lo hace el Espíritu Santo como Él quiere (1 Corintios 12:11).

  1. El PROFETA y la PROFECÍA en la Comunidad Cristiana El Renuevo.

  • ¿Cuántos profetas o profetizas hay en la iglesia?

  • La Profecía. Siempre ha estado presente la profecía en la iglesia, muchas de ellas están escritas y han sido juzgadas. Algunas están relacionadas directamente con el ministerio de los pastores, en consecuencia, con la iglesia. Otras son profecías muy particulares dirigidas a individuos que aquí se congregan.

El hecho cierto es que en algunos sectores de nuestra iglesia han experimentado como especie de un avivamiento (por así catalogarlo) y ha comenzado a haber “palabra de Dios”, todo esto es bueno, “Porque a los que aman a Dios todas las cosas ayudan a bien”. Sin embargo, caben las siguientes advertencias:

  • Toda “profecía” o “mensaje de Dios” debe ser filtrado por la Palabra de Dios revelada, que es la Biblia, si en algunas de sus partes contradice o insta a desobedecer a Dios en su palabra debe ser desechada inmediatamente esa “¿profecía?” o “¿mensaje de Dios?”. (Deut. 13:1-2)

  • Las “profecías” o “Palabras de Dios” que vienen por “Imposición de manos”.

LO BUENO

  • Dios ha hablado muchas veces de esta forma.
  • Se ejercitan los dones y también recibimos dones espirituales (1 Timoteo 4:14).
  • Es una experiencia agradable.
  • Sirve como estímulo para cambiar nuestra actitud.
  • Todo lo bueno que usted pueda agregar a esta experiencia vívida.

LO MALO

  • Es un rudimento que se utiliza para instruir a personas inmaduras en el Señor (Hebreos 6:1-3).
  • Sin quererlo podemos fomentar la flojera espiritual, las personas desean que Dios les hable de esta forma, antes que orar y leer la Biblia.
  • Podemos tomar el lugar del Espíritu Santo (Jn. 14:26 y 1 Jn. 2:27)
  • Se puede crear una dependencia emocional hacia el líder.
Nota: Puede haber otras observaciones.

  • Para las personas que le gustan andar hablando de parte de Dios, debe considerar lo siguiente:

    • No tomes el nombre de Dios en vano (Éxodo 20:7).

    • Vamos a ser juzgado por toda palabra ociosa que hablemos (Mateo 12:36).

    • Las profecías que contengan el elemento predictivo y no se cumplan van a dar fe de que Dios no dijo eso o por lo menos no fue lo que quiso decir. (Deuteronomio 18:15-22).

    • Las “profecías” o “mensajes de Dios” que hablemos van a ser juzgadas por los oyentes (la iglesia) y ellos determinarán si es la Palabra de Dios (1 Corintios 14:29).

    • Mis queridos hermanos, tengan presenten esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse” (Santiago 1:19).



BIBLIOGRAFÍA

Nuevo Diccionario de la Biblia. (2003) Editorial Unilit.

El Nuevo Manual Bíblico Ilustrado. (2002) Editorial Unilit.

Biblia de Referencia Thompson. (1987). Editorial Vida. Versión Reina Valera 1960.

Nueva Versión Internacional. La Biblia del Nuevo Milenio. (1999). Editorial Vida. Sociedad Bíblica Internacional.

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