
Voy a iniciar este artículo con una escritura bíblica:
Y estando juntos, les mandó que no se fueran de Jerusalén, sino que esperasen la promesa del Padre, la cual, les dijo, oíste de mí. Porque Juan ciertamente bautizó con agua, mas vosotros seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días. Entonces los que se habían reunido le preguntaron, diciendo: “Señor: ¿restaurarás el reino a Israel en este tiempo?”. Y les dijo: “No os toca a vosotros saber los tiempos o las sazones, que el Padre puso en su sola potestad; pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:4-8).
Con este texto base, voy a iniciar el estudio acerca de lo qué es el bautismo en el Espíritu Santo, para ello no solamente necesitas saber lo que éste texto revela, sino que adicional a esto debes sentar las bases de la doctrina del Espíritu Santo, sin embargo, hay que reconocer por la lectura que este bautismo antes que nada es una “promesa del Padre”, por lo cual si es una promesa del “Padre” es para todos sus “Hijos” y en efecto así es. Ahora bien, si soy un hijo de Dios, surge la interrogante ¿estoy bautizado en el Espíritu?, ¿qué evidencia tengo de estar sumergido en el Espíritu?. Para contestar a estas interrogantes y otras que se presenta voy a desarrollar el concepto completo, explicándolo a partir del texto leído.
En el texto de las Escrituras anterior, el Señor Jesucristo, le dice a los discípulos que no se fueran de Jerusalén hasta tanto no recibieran la promesa de la cual Él había hablado, el bautismo en el Espíritu Santo, entonces, preguntó, ¿será que los discípulos no tenían al Espíritu Santo? O ¿Será que no eran creyentes de verdad, –es decir, iglesia–, hasta tanto no sean bautizados?. La respuesta es no, los discípulos sí tenían al Espíritu Santo en su vida y si eran creyentes, por que el evangelio según San Juan lo explica.
En el texto de las Escrituras anterior, el Señor Jesucristo, le dice a los discípulos que no se fueran de Jerusalén hasta tanto no recibieran la promesa de la cual Él había hablado, el bautismo en el Espíritu Santo, entonces, preguntó, ¿será que los discípulos no tenían al Espíritu Santo? O ¿Será que no eran creyentes de verdad, –es decir, iglesia–, hasta tanto no sean bautizados?. La respuesta es no, los discípulos sí tenían al Espíritu Santo en su vida y si eran creyentes, por que el evangelio según San Juan lo explica.
Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, estando las puertas cerradas en el lugar donde los discípulos estaban reunidos por miedo de los judíos, vino Jesús, y puesto en medio, les dijo: “Paz a vosotros”. Y cuando les hubo dicho esto, les mostró las manos y el costado. Y los discípulos se regocijaron viendo al Señor. Entonces Jesús les dijo otra vez: “Paz a vosotros. Como me envío el Padre, así también yo os envío”. Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: “Recibid el Espíritu Santo”. (Juan 20:19-22).
Esto quiere decir que los discípulos ya tenían el Espíritu Santo porque Jesús ya se los había dado, mucho antes de la ascensión, entonces, ¿a qué se refería el Señor cuando les dijo que esperasen en Jerusalén hasta que fuesen bautizados en el Espíritu Santo?. El texto que leímos en el libro de Hechos profundiza aún más referente a éste tema, el verso 8 dice:
pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria y hasta lo último de la tierra. (Hechos 1:8).
¿Qué dice el texto que iban a recibir los discípulos?, Poder, ¿para qué?, para ser testigo. El término bautismo viene del griego ‘baptizo’, que significa sumergir, de tal manera, que cuando hablo de bautismo en el Espíritu, estoy hablando de ser sumergidos en el Espíritu que es muy diferente al hecho de ser templo y morada del Espíritu Santo (1ª Co. 6:19). Es decir, puedo bañarme en una piscina, beber agua de ella, nadar en ella, pero aún así, no sumergirme, cuando me sumerjo, todo mi cuerpo queda cubierto con el agua que hay allí; era éste el mensaje que estaba transmitiendo nuestro Señor Jesucristo.
Cuando se habla sobre el bautismo, existen dos términos los cuales son el resultado directo del mismo, el primero es poder del griego ‘dunamis’ del cual se deriva el término español dinamita, es decir, cuando soy bautizado en el Espíritu tu vida se convierte en una explosión, se desata el poder de Dios en tu vida y en todo tu alrededor, éste poder te capacita para poder ser testigo, que es el segundo término, del griego ‘martureo’ en español mártir, –alguien que es capaz de dar su vida por una causa–, eso es exactamente lo que produce el bautismo, te capacita de tal forma para testificar del evangelio que eso se convierte en una explosión de milagros, señales y prodigios que conduce a dar tu vida por causa del evangelio sin temor, confiado que estas muriendo por la causa correcta. Y como referencia se conoce por la historia que el único apóstol que murió anciano fue Juan, del resto todos sufrieron martirios en las cárceles romanas y otros lugares, es decir, fueron asesinados por causa del evangelio.
Cuando se habla sobre el bautismo, existen dos términos los cuales son el resultado directo del mismo, el primero es poder del griego ‘dunamis’ del cual se deriva el término español dinamita, es decir, cuando soy bautizado en el Espíritu tu vida se convierte en una explosión, se desata el poder de Dios en tu vida y en todo tu alrededor, éste poder te capacita para poder ser testigo, que es el segundo término, del griego ‘martureo’ en español mártir, –alguien que es capaz de dar su vida por una causa–, eso es exactamente lo que produce el bautismo, te capacita de tal forma para testificar del evangelio que eso se convierte en una explosión de milagros, señales y prodigios que conduce a dar tu vida por causa del evangelio sin temor, confiado que estas muriendo por la causa correcta. Y como referencia se conoce por la historia que el único apóstol que murió anciano fue Juan, del resto todos sufrieron martirios en las cárceles romanas y otros lugares, es decir, fueron asesinados por causa del evangelio.
Dios te bendiga, continua siguiendo este estudio.
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