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viernes, 14 de mayo de 2010

El Verdadero Ayuno, lo Espiritual III


Continuo describiendo otros propósitos por los cuales ayunaron el pueblo de Dios en la Biblia.

Ayunar para Hallar Reposo (Físico, Mental y Espiritual).

El cuarto propósito de Dios para guiarte al ayuno, es darte completo descanso para el cuerpo, el alma, el espíritu, el corazón y la voluntad. Este tipo de ayuno está ilustrado por el ayuno hecho por Israel en el Día de la Expiación:

“«Éste será para ustedes un estatuto perpetuo, tanto para el nativo como para el extranjero: El día diez del mes séptimo ayunarán y no realizarán ningún tipo de trabajo. En dicho día se hará propiciación por ustedes para purificarlos, y delante del Señor serán purificados de todos sus pecados. Será para ustedes un día de completo reposo, en el cual ayunarán. Es un estatuto perpetuo. La propiciación la realizará el sacerdote que haya sido ungido y ordenado como sucesor de su padre. Se pondrá las vestiduras sagradas de lino, y hará propiciación por el lugar santísimo, por la Tienda de reunión y por el altar. También hará propiciación por toda la comunidad allí reunida. Éste les será un estatuto perpetúo: Una vez al año se deberá hacer propiciación por todos los israelitas a causa de todos sus pecados». Y se hizo como el Señor se lo había mandado a Moisés”. (Levítico 16:29-34).
En esta porción de la palabra se utiliza el término afligir en hebreo que significa castigar y derribar a golpes. El ayuno trae aflicción porque hace desfallecer de hambre al espíritu vital del alma del hombre; la empobrece al negarle el alimento que necesita para su existencia. El abstenerse de comida es un procedimiento doloroso para el alma. La oración y el ayuno en el Día de Expiación daban a Israel un nacimiento nuevo y fresco, el divino descanso en la gracia del Todopoderoso.

Ayuno en tiempos de Crisis.

En el Antiguo Testamento te encuentras una historia fascinante de Ester, quien sufría al saber que Amán, el Primer Ministro de la región, tenía como propósito la destrucción de la raza Judía de Babilonia. Aman tenía planeado matar al tío de Ester, Mardoqueo (un Judío), colgándolo públicamente.

Ester le solicitó a su tío Mardoqueo: “Ve y reúne a todos los judíos que están en Susa, para que ayunen por mí. Durante tres días no coman ni beban, ni de día ni de noche. Yo, por mi parte, ayunaré con mis doncellas al igual que ustedes. Cuando cumpla con esto, me presentará ante el rey, porque más que vaya en contra de la ley. ¡Y si perezco, que perezca! (Ester 4:16)

Como resultado del ayuno de tres días, la vida de Mardoqueo y de los judíos fue salvada, porque Dios atendió a sus ruegos y obró a favor de su pueblo (Ester 7:10).

Ayuno para Liberación.

El libro de Jueces contiene una historia dramática de cuando Israel se enfrenta en batalla contra la tribu de Benjamín pues habían caído en pecado. Dios convoco a su pueblo a luchar contra esta tribu en particular. En dos de las batallas, Israel perdió a cerca de 40,000 hombres (Jueces 20:18-25). Sin embargo habían descuidado una parte de sus oraciones durante las primeras batallas. No habían ayunado. La Palabra te confirma lo que sucedió después: “Entonces los israelitas, con todo el pueblo, subieron a Betel, y allí se sentaron y lloraron en presencia del Señor. Ayunaron aquel día hasta el anochecer y presentaron al Señor holocaustos y sacrificios de paz” (Jueces 20:26).

En los primeros dos intentos, los Israelíes trataron de ganar la batalla por si mismos y perdieron. Después ayunaron, Dios ganó la batalla por ellos. (Jueces 20:35).

El Ayuno como Libertad contra el Juicio.

Los principios de Dios acerca de llevar a cabo sus ordenanzas son universales. Hay ejemplos en las Escrituras cuando hasta los pecadores eran perdonados porque habían seguido los mandamientos de Dios. El rey Acab, esposo de Jezabel es un perfecto ejemplo. Dios le hizo saber a este hombre que estaba furioso contra él. Y esto fue lo que aconteció: “Cuando Acab escuchó estas palabras, se rasgó las vestiduras, se vistió de luto y ayunó. Dormía vestido así, y andaba deprimido. Entonces la palabra del Señor vino a Elías el tisbita y le dio este mensaje: «¿Has notado cómo Acab se ha humillado ante mí? Por cuanto se ha humillado, no enviaré esta desgracia mientras él viva, sino que la enviaré a su familia durante el reinado de su hijo”. (1ª Reyes 21:27-29).

El ayuno levantó el juicio contra la vida de Acab.

El Ayuno para Sanidad.

Nutriólogos han descubierto que el ayuno es una forma excelente para deshacernos de toxinas contenidas en el cuerpo.

En la Biblia leemos acerca de un Amalecita que ayunó por tres días consecutivos y fue sanado, “Los hombres de David se encontraron en el campo con un egipcio, y se lo llevaron a David. Le dieron de comer y de beber, y le ofrecieron una torta de higo y dos tortas de uvas pasas, pues hacía tres días y tres noches que no había comido nada. En cuanto el egipcio comió, recobró las fuerzas”. (1ª Samuel 30:11-12).

Sería muy fácil concluir que fue la comida quien lo sanó, sin embargo, se piensa que fue el ayuno que contribuyó a la recuperación de su salud.

El Ayuno para Dominio.

Ayunos bíblicos fueron establecidos por el Señor para establecer el dominio de Dios, El primer Adán perdió dominio cuando comió lo que le había sido prohibido y el Segundo Adán ganó dominio cuando El no comió. Jesús fue: “llevado por el Espíritu al desierto por cuarenta días, y era tentado por el Diablo...” (Lucas 4:1-2).

Debes entender que no fue necesario para Jesús, como hijo de Dios el tener que ayunar para obtener el poder de Dios en Su vida. Pero como hombre, él sabia que tenia que poner su aspecto carnal en sumisión, de tal manera que el poder de Dios fuera manifestó en Él. “Jesús regregó a Galilea en el poder del Espíritu, y se extendió su fama por toda aquella región”. (Lucas 4:14) también pudo Jesús declarar: “El Espíritu del Señor está sobre mi...” (Lucas 4:18).

Aquí concluyo los motivos de ayunar, pero todavía hay más acerca del ayuno. Dios te bendiga.

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