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jueves, 18 de noviembre de 2010

APRENDIENDO A GUERREAR

Texto Base: 1 Juan 1:5-10 y 2:1-2, 14.

Introducción: El tema de la guerra espiritual es fascinante y cautiva los sentidos, el equilibrio (producto de entender correctamente la palabra de Dios) es la clave para dominar este tema.

  1. Características de satanás.
  • Príncipe de los demonios o Beelzebú (Mt. 12:24 y Lc. 11:15).
  • Belial: El impío y perverso por antonomasia. (2 Co. 6:15).
  • Diablo: acusador, calumniador (Lc. 4:2, 13).
  • Engañador: “El que engaña al mundo entero” (Ap. 12:9; 2 Co. 11:14).
  • Dios de este siglo: gobierna sobre las estructuras humanas negadoras de Dios (2 Co. 4:4).
  • El maligno: siendo malo, vive intensamente para hacer mal a los seres humanos (Jn. 17:15; 1 Jn. 5:18).
  • El tentador: empeño en hacer caer a los creyentes en el pecado y el error (1 Ts. 3:5).
  • Gran dragón: la fiera que quiere devorar la obra de Dios (Ap. 12:4, 9).
  • Príncipe de este mundo: Al gobierno de hombres y ángeles que se oponen a Dios. (Jn. 12:31, 16:11).
  • Príncipe de la potestad del aire: gobierno sobre los seres angelicales malignos (Ef. 2:2).
  • Serpiente antigua: fue él quien participó en la caída de Adán y Eva (Gn. 3 y Ap. 12:9).
  • Padre de la mentira. (Jn. 8:44).
  • El enemigo, ladrón, asesino y destructor (Jn. 10:10).

  1. La obra de satanás.
  • Tentar al desobediente (Gn. 3:4).
  • Calumniar a los santos (Job 1:9-11).
  • Causar enfermedades (Job 2:7; Lc. 13:10-16).
  • Oponerse a los justos (Zac. 3:1).
  • Sembrar la cizaña (Mt. 13:38-39).
  • Arruinar el alma y el cuerpo (Lc. 9:42; 13:16).
  • Mentir (Jn. 8:44).
  • Incitar a los hombres al pecado (Hch. 5:3; 2 Co. 12:7; Ef. 2:2; 1 Ts. 2:18).
  • Hacer presa de los hombres (Ap. 2:10).
  • Mantener al incrédulo en oscuridad (Hch. 26:18; 2 Co. 4:3-4).
  • Contender con los santos (Ef. 6:12).
  • Inspirar milagros mentirosos para desviar la fe (2 Ts. 2:9 y He. 2:14).
  • Quitar la palabra de Dios para que no crean (Lc. 8:12).


  1. Formas de trabajo de satanás.
  • Satanás trabaja a través de puertas (es un símbolo que habla acerca de la autoridad o dominio que tienen las personas sobre las áreas de su vida ), estas puertas siempre han sido las mismas desde Génesis hasta nuestros días (Gn. 3:6 y 1 Jn. 2:15-17), (ver tabla anexa).
    1. Los malos deseos del cuerpo o los deseos de la carne.
    2. La codicia de los ojos o los deseos de los ojos.
    3. La arrogancia de la vida o la vanagloria de la vida.
Cuando una (1) de estas puertas se abren satanás encuentra un lugar para empezar a hacer su obra destructora en la vida de las personas, en otras palabras les he otorgado autoridad legal para destruir la vida.
  • Satanás posee una estrategia para abrir estas puertas:
    1. Puede esperar hasta que de manera natural se abra la puerta, es decir, acecha su presa (Mt. 4:2 y 1 P 5:8).
    2. Sino utiliza los siguientes (dardos)(ver gráfico anexo):
      1. Tentación: Influencia (probable) (1 Ped. 5:8).
      2. Acusación: Control (posible) (Hch. 5:3).
      3. Engaño: Posesión (imposible) (1 P. 1:18-19).
    3. Para alcanzar la posesión sobre una vida, satanás abarca las siguientes etapas:
      1. Invasión: Su presencia en el entorno personal.
      2. Opresión: Es la presencia satánica sin estar dentro de la esfera física-espiritual.
      3. Regresión: Una vez cruzada la etapa anterior guía a la persona a pecados para así estar en completa autoridad.
      4. Supresión: La persona comienza a dar vestigio de poca lucidez.
      5. Posesión: Toma absoluto control de la persona

  1. Estado o condición de satanás.
  • Fue expulsado del cielo. (Lc. 10:18).
  • Ha sido juzgado y condenado (Jn. 16:11; Ap. 20:10).
  • Está vencido, derrotado y desarmado (Col. 2:15).

  1. Posición en Cristo Jesús (identidad).
  • Tengo aceptación:
    1. Soy hijo de Dios (Jn. 1:12).
    2. Soy amigo de Dios (Jn. 15:15).
    3. Soy justificado (Ro. 5:1)
    4. Estoy unido con el Señor y soy uno con Él en espíritu (1 Co. 6:17).
    5. Fui comprando por precio de sangre. Pertenezco a Dios (1 Co. 6:20).
    6. Soy miembro del cuerpo de Cristo (1 Co. 12:27).
    7. Soy santo (Ef. 1:1).
    8. Fui adoptado como Hijo de Dios. (Ef. 1:5).
    9. Tengo acceso directo a Dios a través del Espíritu Santo (Ef. 2:18).
    10. Fui redimido y perdonado de todos mis pecados (Col. 1:14).
    11. Estoy completo en Cristo. (Col. 2:10).
  • Tengo seguridad:
    1. Estoy libre de condenación (Ro. 8:1-2).
    2. Estoy seguro de que todo saldrá bien (Ro. 8:28).
    3. Estoy libre de toda condenación en mi contra (Ro. 8:31-34).
    4. Nada pueda separarme del amor de Dios (Ro. 8:35-39).
    5. Fui confirmado, ungido y sellado por Dios (2 Co. 1:21-22).
    6. Estoy escondido con Cristo en Dios (Col. 3:3).
    7. Estoy seguro de que la buena obra que Dios ha comenzado en mí, será perfecta (Fil. 1:6).
    8. Soy ciudadano del cielo (Fil. 3:20).
    9. No tengo un espíritu de temor, sino de poder, amor y dominio propio (2 Tim. 1:7).
    10. Puedo encontrar gracia y misericordia en tiempo de necesidad (He. 4:16).
    11. Soy nacido de Dios y el maligno no puede tocarme (1 Jn. 5:18).
  • Soy importante:
    1. Soy la sal de la tierra y la luz del mundo (Mt. 5:13).
    2. Soy un racimo de la vid verdadera, un canal de su vida (Jn. 15:1-5).
    3. Fui elegido y señalado para llevar fruto (Jn. 15:16).
    4. Soy testigo personal de Cristo (Hch. 1:8).
    5. Soy templo de Dios (1 Co. 3:16).
    6. Soy ministro de reconciliación (2 Co. 5:17-20).
    7. Soy colaborador de Dios (2 Co. 6:1).
    8. Estoy sentado con Cristo en lugares celestiales (Ef. 2:6).
    9. Estoy en la obra de Dios (Ef. 2:10).
    10. Puedo llegar a Dios con libertad y confianza (Ef. 3:12).
    11. Todo lo puedo en Cristo que me fortalece (Fil. 4:13).

  1. Armas que tenemos.
    1. Nuestras armas son espirituales, por lo tanto, no las podemos ver, pero las usamos basados en la fe, su efecto es estrictamente espiritual pero lo podemos ver reflejado en el mundo natural.
    2. Como son armas espirituales (provienen de Dios, Dios es Espíritu, Jn. 4:24) y para usarlas debemos desechar todo lo malo (Ro. 13:12).
    3. Estas armas son de justicia tanto ofensivas como defensivas (no debemos ser reactivos sino preactivos) (2 Co. 6:7).
    4. Estas armas no son carnales sino poderosas en Dios (2 Co. 10:4).
¿Cuáles son estas armas?
  • La Palabra de Dios (Mt. 4 y Ef. 6:17)
  • La sangre de Cristo (Ap. 12:11; 1 Jn. 1:7 y 2:13).
  • La oración (Ef. 6:18).
  • La armadura de Dios (Ef. 6:10-18).
  • La sujeción y sumisión a Dios (Stgo. 4:7).

  • Para poder usar las armas tenemos que ponérnoslas (Ef. 6:10, Ro. 13:2 y 1 Ts. 5:8).


  1. Usando la autoridad correctamente.
  • Nuestra autoridad está en Cristo: (Lc. 9:1-2; 10:17) en consecuencia no la podemos ejercer separados de Él (satanás quizo tentar a que Jesús actuará separado del Padre).

  • Tenemos el derecho y la capacidad de establecer el reino de Dios: (Ej: El fiscal de tránsito tiene la autoridad para detener el tráfico mas no tiene la fuerza física para hacerlo). Los cristianos tenemos autoridad (Mt. 28:18-19) y tenemos poder para enfrentar a los demonios (Lc. 10:19-20).

Neil Anderson en su libro “Rompiendo las Cadenas” dice: “Los creyentes tienen la autoridad de hacer la voluntad de Dios debido a su posición en Cristo, y el poder de hacer la voluntad de Dios en la medida que anden en el Espíritu, (Ef. 6:10)” (p. 77).

  • Línea de mando: Jesús es el comandante en Jefe y nos ha conferido autoridad, esa autoridad debemos ejercerla en sujeción a Él (Lc. 10:17, antitesis Hch. 19).

Neil A. (ob. cit.) explica: “¿por qué el reino de las tinieblas ejerce una influencia tan negativa en el mundo y la vida de los cristianos? Porque satanás ha engañado a todo el mundo (Jn. 5:19). Satanás no es igual que Dios en poder; es un enemigo desarmado y derrotado (Col. 2:15). Pero te puede engañar para hacerte creer que tiene más poder y autoridad que tú… has recibido autoridad sobre el reino de las tinieblas, pero si no lo crees ni la ejerces será como si no la tuvieras” (p. 79).

  • Nosotros tenemos ventaja sobre los primeros discípulos, ellos estaban CON Cristo pero nosotros estamos EN Cristo.

  • La profundidad y la anchura de la autoridad: El poder y la autoridad que Dios nos ha otorgado no se compara con nada aquí en la tierra. La obra más grande y poderosa que Dios ha hecho es la resurrección de su Hijo Jesucristo y ese poder que actúo en aquel momento está disponible para nosotros ahora (Ef. 1:15-23).

  • Autoridad conferida: Dios no solamente pensó poner a nuestras disposición esa autoridad sino que efectivamente no las confirió (Ef. 1:19; 2:4-6). Nosotros que estábamos muertos en nuestros delitos y pecados fuimos resucitados juntamente con Cristo en poder y autoridad sentados en lugares celestiales con Él.

Neil A. (ob. cit.) expresa: “Tu identidad como hijo de Dios y tu autoridad sobre las potestades espirituales no son cosas que vas recibiendo o que recibirás en el futuro; las tienes ahora mismo. Eres hijo de Dios que vive ahora. Estás sentado en los lugares celestiales con Cristo ahora mismo. Tienes poder y autoridad sobre el reino de las tinieblas y de hacer la voluntad de Dios ahora mismo” (p. 83, subrayado mío).


  • Esta autoridad nos fue dada con un propósito (Ef. 3:8-12).

  • Apto para la obra de Dios: Existe cuatro (4) requisitos para usar la autoridad y el poder de Cristo:

  1. CREER: Efesios 1:19 expresa claramente que esta autoridad le fue conferida a los que creemos, de la misma manera que somos hechos hijos de Dios por la fe (Jn. 1:12) así también está autoridad solo puede ser usada si creemos. (Ej.: un fiscal novato que no crea que le fue dada esa autoridad correrá el riesgo de ser atropellado, un fiscal experimentado no le sucederá lo mismo porque él actúa confiado en la autoridad de la cuál está investido para controlar el tránsito).

  1. HUMILDAD:La humildad es la confianza puesta donde corresponde. Al ejercer nuestra autoridad, la humildad consiste en poder la confianza en Cristo quien es la fuente de nuestra autoridad, en vez de ponerla en nosotros mismos” (Neil A., ob cit.). (Fil. 3:3; Jn. 15:5).

  1. OSADÍA: Es una marca que debemos llevar todos los cristianos llenos del Espíritu Santo, debemos ser fuertes y valientes (Hch. 1:8; 4:31, Pr. 28:1 y 2 Ti. 1:7). Los cobardes tienen su destino Ap. 21:6-8.

  1. DEPENDENCIA: Tenemos autoridad para hacer la voluntad de Dios, nada más y nada menos. Nuestro primer llamado es hacer la voluntad de Dios, buscar su reino, establecer su reino. Nuestra autoridad no está para ejercerla sobre otros creyentes (Ef. 5:21) sino para estar sumisos los unos a los otros; debemos aprender a estar sujetos a las autoridades (Ro. 3:1-7; He. 13:17) pero sobre todo a Dios (Stg. 4:7).

  • Que el Señor nos dé entendimiento y sabiduría en todo tiempo y en todo lugar. Dios te bendiga. Amén.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Declaración de Principios: Doctrina, Fe y Ordenanzas de la Comunidad Cristiana El Renuevo Las Buenas Nuevas

Está información está incluida también el manual completo que podrá descargar aquí

ARTÍCULO 52. Con la finalidad de establecer y mantener un lugar permanente de adoración a DIOS TODOPODEROSO, en quien creemos, manifestado en Padre, Hijo y Espíritu Santo, único DIOS verdadero que se ha revelado a sí mismo como creador del cielo y de la tierra, y en JESUCRISTO, en cuya deidad también creemos, unigénito del Padre, autor y consumador de nuestra fe, el cual encomendó a su pueblo al comisión de ir por todo el mundo y predicar su evangelio a toda criatura por todos los medios posibles conocidos y por conocerse; para exaltar al DIOS que, como dicen las Sagradas Escrituras, hizo el mundo y todas las cosas que en él hay, siendo Señor del cielo y de la tierra, no habita en templos hechos por manos de humanos, ni es honrado por manos de hombres, como si necesitase de algo, pues Él es quien da vida y aliento a todos y a todas las cosas, el cual da también vida a los muertos y llama a las cosas que no son como si fuesen; a fin de glorificar y alabar a ese Dios…
ARTÍCULO 53: DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS: DOCTRINA Y FE: LA COMUNIDAD CRISTIANA EL RENUEVO “LAS BUENAS NUEVAS” es una iglesia cristocéntrica en su predicación del evangelio, interdenominacional en sus relaciones, apostólica en doctrina y seguidora de las Sagradas Escrituras como expresión de la voluntad de Dios. Basados en ella declaramos que: Creemos que la BIBLIA (ordenada en sesenta y seis libros del canon original) es la palabra revelada por Dios al hombre, inspirada por el Espíritu Santo, la cual hace a éste sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús (2 Ti. 3:15); creemos que el hombre fue creado por Dios a su imagen y semejanza, como ser trino, constituido por espíritu, alma y cuerpo (1 Ts. 5:23), con capacidad para tener comunión personal con Dios, sometiéndolo a ira y condenación (Ro. 5:12); creemos en la deidad de Nuestro Señor Jesucristo, el Salvador, único mediador entre Dios y los hombres (Jn. 1:1 y 1 Ti. 2:5), concebido en María Virgen por obra y gracia del Espíritu Santo (Lc. 1:35), en su muerte expiatoria (1 Jn. 4:10), en su resurrección (Lc. 24:39), en su ascensión a los cielos (Hch. 1:6-11) y que está sentado a la diestra de Dios Padre (He. 1:2); creemos en la segunda venida y el establecimiento de su reinado eterno (Hch. 1:11, 1 Ts. 4:16, 5:23; He. 9:28; Ap. 20); creemos en la salvación por la fe en la obra redentora de Nuestro Señor Jesucristo, por medio su sangre derramada en la cruz del calvario (He. 9:22); creemos en el poder de Dios que nos guarda, y en un andar santo, no conforme al esfuerzo humano, sino conforme al Espíritu (Ro. 8:1 y Jud. 1:24-25); creemos en el bautismo en el Espíritu Santo en y por medio de los creyentes manifestado en los ministerios, dones y frutos del mismo (1 Co. 12:8 y Gá. 5:22-23); creemos en la sanidad divina que se recibe mediante la fe en la obra de redención de Nuestro Señor Jesucristo (1 P. 2:24; Mt. 8:16-17 y Jn. 5:2-9); creemos en la responsabilidad evangelística y misionera de la iglesia (Mr. 16:15-18); creemos en la responsabilidad social de la iglesia (Mt. 25). Asímismo, creemos en la IGLESIA como cuerpo de Cristo y cuya cabeza es Él (Ef. 5:23), la cual constituyen todos los creyentes nacidos de nuevo en Espíritu, que se reúnen en una localidad para la adoración a Dios Todopoderoso, para la edificación de la misma iglesia, para predicar el evangelio de salvación a todos los perdidos y para servir al prójimo mostrando el amor de Cristo (Gá. 6:10; 1 Co. 2:10-16, 12:13; Jn. 4:23-24; Ef. 4:11-16; Mt. 28:19-20; Gá. 5:13-14; Mt. 20:28; 1 Jn. 4:7-8; Fil. 1:8; Ef. 3:19, Ro. 5:8; Jn. 3:16). Y creemos en la salvación del hombre y en su santificación. Dios, en su infinito amor y misericordia, diseñó el plan perfecto para la salvación del hombre de la perdición y del pecado, dándole emancipación espiritual y goce de una vida eterna de comunión renovada con Dios. Este plan de salvación lo cumple a través de Jesucristo Hombre, el Salvador (1 Ti. 1: 15), quien proclamó que su tarea era servir y dar vida para la salvación de muchos (Mt. 18:11; 20:28; Mr. 10:45; Le. 4:18). La salvación se presenta así en un plano cristológico y Jesucristo es el agente de la misma; para ser salvo es necesario volverse a Él, por la fe, esperanza y confesión. Las Sagradas Escrituras destacan que la salvación es gratuita y no la puede merecer ningún hombre por sus buenas obras ni por cumplimiento de rituales o sacrificio alguno (Gá. 2:21; 3: 11). Todo es de gracia (Ef 2:4-10); la conversión que produce la salvación en el individuo la opera el Espíritu Santo de Dios (Ro. 8) y es un cambio de vida tan radical como de la noche al día (2 Ti. 1:10; 1 P. 2:9). El hombre pecador puede valerse de la Salvación únicamente identificándose por la fe en Jesucristo, el Cordero de Dios, que expió la culpa del mundo y quien por su muerte y resurrección se califica como único salvador y mediador del pacto entre Dios y la humanidad (1 Ti. 2:5). La santificación es a la vez algo que Jesucristo adquirió para siempre para el creyente y un llamado a la santidad (He. 10:10-14; 12:14). Jesucristo es el sumo sacrificio, que se santifica a sí mismo y santifica a los suyos (He. 13:2; Jn. 17:17), separándolos y adquiriéndolos para Dios por su muerte y capacitándolos para un culto nuevo y espiritual por medio de Él y para una nueva vida de santidad (He. 2:17; 9:13; 13:12-16). Una vez más lo decimos: Jesucristo ha santificado a los creyentes por su obra y son por tanto santos (1 Co. 1:2; 1 P. 1:2; 1 Co. 7:14). La voluntad de Dios es nuestra santificación (1 Ts. 4:3), es decir, que somos conformados a la imagen de Cristo (2 Co. 3:17-18); esto demanda un esfuerzo del creyente (2 Co. 7:1; He. 12:13; 1 Jn. 3:3) en una lucha permanente (Ro. 5:16-26), pero que debe ser reconocida como obra de Dios (1 Ts. 5:23-24), quien la perfeccionará.
ARTICULO 54. ORDENANZAS: Las ordenanzas a cuya obediencia queda sujeta la Iglesia Comunidad Cristiana El Renuevo "Las Buenas Nuevas" son: EL BAUTISMO en agua por inmersión, realizado en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, para todos aquellos que se arrepienten y creen en Jesucristo como su Señor y Salvador, quien hace todas las cosas nuevas porque en Él somos nacidos de nuevo, como testimonio al mundo de que el creyente ha muerto juntamente con Cristo y juntamente con Él se ha levantado en una vida nueva y eterna (Mt. 28:19; Mr. 16:16; Hch. 10:47-48; Ro. 6:4). LA CENA DEL SEÑOR, institución ofrendada en conmemoración del sufrimiento y muerte de cruz de Nuestro Señor Jesucristo, para anunciar así su gloria hasta su venida segunda, observando para ello lo que nos enseñan las Sagradas Escrituras sobre la utilización de los elementos de la tradición, el pan sin levadura y el fruto de la vid, y cuidando no tomar de la cena indignamente. Se realizará cada vez que fuere anunciada por el Pastor Principal (Lc. 22:19-20; 1 Co. 11:23-33).

Definición de Doctrina (Una Aproximación)

Esta definición fue la que incluí en el Manual de Doctrina que redacto para la clase de Perspectiva de Vida de la Comunidad Cristiana El Renuevo Las Buenas Nuevas y la quiero compartir aquí.

¿Qué es una doctrina?, empecemos por definir éste concepto, es importante conocer de qué estamos hablando, es relevante manejar los términos, la comunicación se basa en transmitir con palabras comprensibles nuestras ideas de tal manera que el oyente pueda interpretar correctamente el mensaje, de nosotros depende que el mensaje llegue correctamente al oyente (1ª Co.14:9-11). Es por ello que vamos a empezar definiendo el término doctrina en el castellano:
Según el diccionario Larousse doctrina, “es el conjunto de las opiniones de una escuela literaria o filosófica o de los dogmas de una religión”.
¿Qué es un dogma?: Es un punto fundamental de doctrina religiosa o filosófica. (ibidem).
Entonces podríamos decir que una doctrina bíblica es el conjunto de opiniones o versículos referidos a un tema específico, el cual se llama doctrina. El término doctrina viene del griego didaque (διδαχη) que denota enseñanza, bien: (a) aquello que se enseña (p.ej., Mat. 7:28 «doctrina»; Tito 1:9 «conforme os ha sido enseñada», RV: «conforme a la doctrina»; Apoc. 2:14-15,25: «doctrina»), o (b) el acto de enseñar, de dar instrucción (p.ej., Mc. 4:2: «doctrina»); la tiene «enseñanza» en Hch. 17:19 (RV: «doctrina»).
¿Por qué es importante conocer la doctrina?: Fundamentalmente para evitar los errores, porque a través de ellas conocemos a Dios, al hombre, la creación y las criaturas logrando una mayor y mejor comprensión de nuestro mundo, del universo y de las diferentes edades o eras que vive el hombre. (Efesios 4:11-16; Hebreos 13:9).
También es necesario estudiar las doctrinas, porque todo aquel que quiere hacer la voluntad de Dios debe reconocer que la doctrina de nuestro Señor es la correcta (Juan 7:16-18).
Al momento de estudiar las doctrinas debemos tomar en cuenta que uno solo es nuestro maestro (Mateo 23:8) y uno solo nos puede guiar a la verdad (Juan 16:13).